Lectura y aprendizaje



No es por fastidiar, ni por aguar la fiesta a nadie, pero es así de crudo: por más que nos manifestemos en contra de cualquier guerra, hasta que los muertos no caen en nuestra calle, o en la de enfrente, no somos capaces de reaccionar a la barbarie. No es por fastidiar, ni por aumentar más el rencor si cabe, pero hasta que no sentimos el repugnante manoseo político de los cadáveres en nuestra propia piel, no somos capaces de reaccionar contra la miseria moral de los manipuladores. No es por fastidiar, ni por poner ahora música a la frágil cantilena de la autoconmiseración, pero la victoria de unos no nos salva todavía del secuestro que se ha hecho de la verdad, de la libertad de expresión, ni nos aleja del fantasma del "voto útil", que cuando aparece hace del mío algo totalmente inútil. No es por fastidiar, ni por sembrar una nueva incertidumbre, pero espero que la relativa "crisis" del bipartidismo (bienvenida sea) no se convierta a partir de ahora en una crisis de la democracia, sino en la consolidación de la pluralidad. Ójala.

A pesar de todo, que no es poco, pienso que los ciudadanos nos hemos devuelto la confianza en nosotros mismos.