Pobres enriquecidos



Galletas enriquecidas con fibra, con vitaminas, sin sal, sin azúcar, sin colesterol; leche desnatada enriquecida con calcio, con Omega 3, con ácido oleico; yogur enriquecido con fibras; zumo 100% enriquecido con vitaminas y minerales; aceite enriquecido con ácido eicosapentaenoico; cereales dextrinados enriquecidos con fructooligosacáridos; papillas enriquecidas con hidratos de carbono de origen vegetal; margarina enriquecida con fitosteroles; sopas enriquecidas con proteínas...

Si las galletas se hicieran con huevo, y toda la leche viniera de la vaca, y el yogur fermentara naturalmente, y los zumos contuvieran alguna fruta, y el aceite de oliva no fuera tan caro, y los cereales se los pudieran comer las vacas para darnos buena leche, y las papillas fueran de patata de verdad, y la margarina no hubiera sustituido a la mantequilla, y las sopas fueran sopas... Entonces no necesitaríamos tantos enriquecidos... Y su publicidad se reduciría a la mitad, y no tendría que sufrir yo el estrés de cambiar de canal cada vez que esos anuncios de basura aparecen en los intermedios televisivos, y me podría acostar antes, y no me levantaría cansado, y no tendría que desayunar un vaso de leche enriquecida y una cápsula de vitaminas para aguantar toda la jornada.