martes, 20. enero 2004

Selva interior



Hay dolores que no aparecen en el diccionario, que no se venden en las páginas de sucesos ni en los seriales de televisión, que no se escriben en las recetas médicas ni en los manuales de psiquiatría, que no se curan en los hospitales ni con una pastillita de vitamina C. Hay dolores que duelen como mil en un espacio y en un tiempo desconocidos, como nacidos en el centro de ninguna parte y, sin embargo, concretos y compactos como un hueso, una piedra, un pie. Dolores que no entienden de calendarios, invisibles en las autopsias, incomprendidos en los funerales, fantasmas en cada verso, pero que guardan con celo la desgracia de hacer, a la perfección, el trabajo inútil de petrificar la vida. Dolores caparazón que no se extirpan con besos o con sierra automática, ni siquiera con una sopa de tortuga. Nos miden la estatura y encargan trajes elegantes al sastre de la tristeza para acudir a todas las fiestas en nuestro nombre. Dolores que tienen la intensidad que más duele y que se justifican porque me ajustician donde, puedes estar segura, tu nunca los vas a percibir. La boca puede ser la herida más abierta del cuerpo, pero también la más silenciosa. Nunca sangra y se lo traga todo. Casi todo.




enlace |   |  mensajes  
 


separación



En medio de ninguna parte



"Vivo dentro de una piel dentro de una casa. No existe acto del que tenga conocimiento y que sirva para traer el mundo a mi. Soy un torrente sonoro que fluye y desemboca en el universo, millares y millares de corpúsculos que lloran y gimen con crujir de dientes". (J. M. Coetze, En medio de ninguna parte, Trad. M. Martínez-Lage, Mondadori, Barcelona, 2003)




enlace |   |  mensajes  
 


separación



Liquidez



Si la liquidez económica permite la adquisición de bienes materiales, es decir, de objetos sólidos, ¿por qué no lo llaman rigidez? ¿O es que sólo consumimos agua y leche?




enlace |   |  mensajes  
 


separación



lunes, 19. enero 2004

Forma



Escribe Shanlucid que a veces escogemos la forma y que a veces es la forma la que nos escoge a nosotros. Es decir: o formamos, o nos forma. Si la forma manda, la forma nos informa, nos deforma, nos reforma y, por qué no, también nos conforma. "Hay que formarse", dicen en las escuelas, en las familias, en los ministerios. Y "hay que mantenerse en forma", dicen en los gimnasios, en el ejército, en las academias de baile, en la televisión. Paso algunos ratos preguntándome qué forma adoptar: ¿la recta o la curva? ¿el círculo o la elipse? ¿el cilindro o el cubo? ¿la pirámide o el cono? O eso, o pasar directamente al estado líquido, y derretirme en un vértice cualquiera del icosaedro.




enlace |   |  mensajes  
 


separación



viernes, 16. enero 2004

Yo quiero ser calamar gigante



Como esta tarde se acaba el mundo y todavía no quiero hacer las maletas; como nadie se toca y en breve nos saldrán arrugas en las caricias; como duermo poco porque sueño sólo cuando estoy despierto; como soy un silencio tartamudo que canta a coro la epilepsia de las horas y la asfixia universal nos hará bailar el tictac eterno; como nos dejamos todo el amor por hacer y por decir bajo un cielo volado por misiles y satélites; lloramos pues de alegría contra el pecho abierto de Dios hasta que su corazón se ahogue con nuestro llanto y del diluvio nazcan criaturas marinas que olviden para siempre qué demonios fue el apocalipsis, el petróleo, la televisión y el calvinismo.




enlace |   |  mensajes  
 


separación