El necio no percibe que, a veces, lo importante no es tanto demostrar que dijo la verdad, sino plantearse seriamente por qué muchas personas pensaron que mintió.

Volverás a mi boca y saldrás de mi boca para inundar la noche para salvar los verbos caminarás de cuclillas por los puentes de siempre con manos soñadas y besos de niña Vas a huir de los miedos de los muertos vivientes de los falsos combates desatados fantasmas que cobijan las fieras

Yo te tuve un día soleado de diciembre con la sonrisa helada con mejillas de escarcha pero todavía viva Anhelo hoy tu resurrección fiel tu desafío de paz tu abrazo de nube y te reclamo viento de mis nuevos días

Como yo siempre pienso en lo peor, como en eso no tengo remedio, y como no descarto nunca ninguna hipótesis (no como otros), y ya que estamos puestos en que si era ETA (que no lo fue), que si fue Al-Qaeda (que quizá lo fue, pero posiblemente a medias), que si golpismos por aquí y golpismos por allá, y otros memorables inventos tan decorados en nuestros escaparates mediáticos... Después de una semanas de ir perdiendo en las encuestas, tras los atentados, Bush vuelve a aventajar a Kerry en las elecciones. Dejo aquí la pregunta, sin más.

¿Y si fue la C.I.A.?

Algunos argumentos se exponen aquí.

Por favor, recomiendo leer esto e imaginarse la situación. Os juro que yo todavía no he podido dejar de llorar, pero de risa.

Es mucho peor para nosotros. Los asesinos han aprendido a matar mejor, les basta con matar un poco, con memorizar dos ideas solemnes, suntuosas, bañadas de una estricta moralidad prescindible para disparar sin dudarlo; su salario sigue subiendo, cotizan en bolsa, disfrutan de muchos meses de vacaciones, pasan más horas con la familia.

Es mucho peor para nosotros. Los asesinos han aprendido a rentabilizar las balas; también son hijos del capitalismo.

Saben cuándo poner las bombas; saben cuándo iniciar las guerras; saben cómo administrar el miedo; también son hijos de las religiones.

Antiguamente, una bala se alojaba en su víctima, sustituía al corazón, su sombra era sombra retenida contra el último latido. Hoy, la bala se aloja en su víctima, sustituye al corazón, pero su sombra la perfora y la atraviesa, vuela como un eco por encima de todos nuestros latidos; cruza valles, mares, paises, rascacielos, da mil vueltas al mundo en dirección contraria a nuestra paz justo un segundo antes que tu grites "democracia".

Es muchísimo peor para nosotros. Los asesinos han aprendido a matar mejor. No gratis.