Insomnio



Madrugada de martes y me llora un ojo. Hace días que me llora un ojo. Sólo uno. Y estoy cansado. Y me como la cabeza. Con patatas. Madrugada de martes y el vecino taladra la pared. Y la vecina se ducha, seguramente se depila, a lo mejor se masturba, o quizá no. Quién sabe. Imagino que sí. Y el vecino, que taladra la pared, no oye a su mujer que se masturba en la ducha. Y no me imagina a mi imaginando a su mujer en la ducha. No creo. Madrugada de martes y sus hijos no duermen. Los oigo. Oigo su tele. Pero sus hijos no oyen a su padre, que taladra la pared. Madrugada de martes. Y me llora un ojo. Y estoy cansado. Y mañana más. ¿Más qué? El insomnio no me despertará mañana a las ocho. Las dos clavadas, y el camión de la basura como música de fondo.