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Exhibicionista como soy, me gustaría decir cómo me siento, pero incluso en esto dejo ya de ser sincero. Para llegar al centro de lo que diría, el laberinto mismo de llegar al mi, ese que casi no soy yo, me cuesta ya un trabajo que jamás podría pagar con dinero. La putada es que aún así lo intento... Ja! Como Jime bien diría... Ja, ja, ja! Estar vivo no es suficiente. Ni de coña. Ni siquiera, amor, es algo decir te quiero. No nos engañemos: lo mejor es ser adolescente y, sobre todo, bailar y estar borracho. Archivamos olvidos en bolsillos de viejas chaquetas, y un día cualquiera hallamos allí papel pelusa, piel pelusa, amor pelusa, pelusa al fin, de un amor que, parece ser, construimos en una sola noche. Ni más ni menos. Exhibicionista como soy, me gustaría decir, decir cómo me siento, pero incluso en esto dejo ya de ser sincero. Eso sí... ¡Cuánto me quiero! Y me molesta quererme tanto. ¡Tanta gente se va a poner celosa! ¡Sobre todo, sobre todo los que por eso no cobran! Pelusa al fin. Puta al fin... ¿Qué más? Nada... Eso, amigos, amigas. Un beso.