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Trova Con lo caro, sucio y perecedero que es el papel, cuesta entender que los poetas continúen utilizándolo como soporte primario de sus versos. Debe de ser que a los modernos goliardos les sigue atrayendo este mercado de la celulosa y todos sus complementos: las tapas duras, la voluptuosidad del códice, la unidad de sentido, la intelectual propiedad, la posteridad de la cuadernavía, bisuterías editoriales que empinan el ego y dilatan el inherente ombligo. Los blogs, de momento, se parecen más al manuscrito que al libro, se distancian sin esfuerzo del escriba profesional y reconquistan primitivas islas perdidas por los trovadores sin otra pretensión que la de lograr, diariamente, un subtitulado de la voz que el juglar intenta. Escrito por jose el 15 de abril de 2005, 0:04:09 CEST |