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Lo que no pudo ser Tras recibir el premio, una mujer se le acercó y, como otros admiradores, le pidió que por favor le dedicara el libro de poemas. La mujer, casi adhesiva, permaneció junto al poeta durante toda la sesión de autógrafos y, entre firma y firma, le susurraba su número de habitación en el hotel y otras sugerencias íntimas. Aquella mujer se divorció ayer del poeta, alegando ante el juez que su marido ya no escribía versos. Escrito por jose el 6 de agosto de 2005, 9:02:43 CEST |