Mirando



Podría pasarme horas así, asomado a la ventana, abstraído, tonto, prácticamente idiota, perdiendo el tiempo, pensando en nada (que es lo importante), contemplando la calle, examinando los gestos de la gente, reflexionando sobre cómo afecta septiembre a los coches que se rozan en segunda fila. En el barrio donde vivo, los coches se rozan mucho más que las personas, es un dato objetivo, y eso que en general los vecinos todavía se cruzan y se saludan, pero cada vez menos. Es gente básicamente cordial. De repente me he acordado de los televisados barrios inundados, ya pestilentes (eso dicen), de Nueva Orleans y también de los tipos cotillas que, como yo, se dedicaban casi profesionalmente a mirar desde las ventanas... Y después me he preguntado sobre otras zonas inundadas del planeta que casi no han salido por la tele. Septiembre sí que es un mes cruel, y no abril, que escribía el aburrido de Elliot.