Precintos



Acabo de leer que que la Guardia Civil pide que se cierre un bar en el que coincidieron el ciudadano Otegi y el ciudadano Permach.

«La Guardia Civil reconoce en este informe que no saben el contenido de la reunión celebrada en ese local pero le piden que precinte el mismo para evitar que pueda ser utilizado de nuevo para reuniones de una formación política ilegalizada.

A la vista de este informe, el magistrado ha celebrado hoy una vistilla con los propietarios del establecimiento y el administrador, lo que permite entrever, según fuentes jurídicas, que la próxima resolución acordará el precinto del local».

Alerta y sirena para los garitos, pues: cuidadín con que entren en tu bar dos personas que formaron parte de un partido ilegalizado, porque te chapan el bar. Ese es el mensaje administrativo. Y no señor, no hay derecho, porque si ahora hay zonas para fumadores, debería haberlas para reuniones sospechosas... Ya me veo los cartelitos en las puertas: «Reservamos mesas para reuniones secretas. Hasta 6 personas». De todas maneras, en los locales pueden poner todos los precintos que les dé la gana. A veces los ponen hasta en la boca. Los pondrían también en los cerebros, pero de momento la ley no les deja. Tiempo al tiempo.