Parásita iglesia



Los parásitos luchan en cuerpo y alma por seguir chupando la sangre de su víctima. Por ejemplo:

«Puede decirse en puridad que el Estado, cuando transfiere a la Iglesia la cantidad señalada, no regala nada, sino que es mero ejecutor de una voluntad ciudadana expresada espontáneamente por cada contribuyente al marcar con un aspa la correspondiente casilla de su declaración, de la misma forma que otros ciudadanos optan por señalar a diversas entidades de asistencia social como destinatarias de su porcentaje fiscal. En todo caso, nos hallamos ante cantidades relativamente bajas, si tomamos en consideración el montante total de los presupuestos del Estado, o si contabilizamos las transferencias que el Estado realiza a partidos políticos u organizaciones sindicales, que cuentan con un número bastante menor de afiliados al de católicos que hay en España, por pesimista que se sea en el recuento... [Leer más]»

Recomiendo el artículo "Iglesia católica: auténticos parásitos", que detalla sus exenciones fiscales y explica todo lo que hace con nuestro dinero el «mero ejecutor de una voluntad ciudadana expresada espontáneamente por cada contribuyente».