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Tengo que aprender A cortar el tiempo con un cuchillo justo por el centro. A mirar la luz de los días sin necesidad de proclamar himnos. A ignorar a los poderosos cuando me ignoran, es decir: siempre. A escribir en el agua con el chorro de la fuente. A adivinar qué recomienda el cielo cuando pasa una nube. A trepar a los árboles haciendo el pino. A reirme de lejos cuando la tristeza se acerca demasiado. A odiar lo mínimo si es que existe un mínimo odiable. A no espantar a mis palomas y a hablar con ellas educadamente. A jugar a canicas otra vez; juegos de la vida que más vale no olvidar. A botar de nuevo todas la pelotas de mi infancia. A respetar los misterios que no se niegan a ser revelados. A no enseñarle a los niños el juego de la inmortalidad. A huir de las profesiones, la profesionalidad y la profesionalización. A lograr una masturbación menos mecánica. A decir sí cuando digo no, a veces. A no morder la capucha del bolígrafo, los marcos de las puertas. A quererme un poco más de lo que me querría si no me quisiera. A callar a tiempo. Y a besar más, y mejor. Escrito por jose el 25 de noviembre de 2003, 8:13:47 CET |