Riesgos de la automedicación



Una noche de sábado, Ramón se frustró sexualmente cuando la camarera de la discoteca le comentó que el hecho de pelar con las uñas las etiquetas de las botellas de cerveza era una afición, generalmente masculina, que escondía, desde un punto de vista psicológico, algún tipo de frustración sexual. De lo que Ramón dedujo que, para terminar con su frustración, la mejor rehabilitación consistiría, por tanto, en hacer muchas prácticas y beberlas sin pelar nada, sin darse cuenta del gran error que cometía. Ahora, Ramón tiene una barriga cervecera descomunal y todas las chicas lo rechazan en las discotecas del sábado noche. Hace una semana que Ramón acude al endocrino para recuperar su silueta y al psiquiatra para comprender las causas de su insatisfacción sexual. Ni se la ve cuando mea ni levanta cabeza, pero por lo menos se ha prometido a sí mismo no volver a automedicarse.