Confusión



No vivo en Roma ni llevo túnicas blancas, pero también yo soy pontífice. Más aún, el Papa será Pontífice, pero yo soy un acueducto. Mi palabra es un puente por el que mis sueños cruzan hasta la orilla de tus sueños. Y no te engaño: a veces me ahogo antes de tirarme al río. Mi religión preferida consiste en perder la fe cuando la encuentro, aunque no guardo gran fe en esta creencia. No busco a Dios y, como parece ser que este señor existe solamente cuando fuma, tampoco he venido a decirle que jamás ocuparé su lugar. Así que puedes creer cualquier cosa, incluso en ti mismo; puedes llevar un bozal a la última moda y tangas en la cabeza; puedes poner todas tus dudas en cuarentena y lavarte las manos diez veces al día. La perfección del amor y del odio se paga cara. Allá ellos con sus cruzadas. Yo he venido a confundir.