Oración rabina



Padre nuestro, que estás en la tierra; santificada sea la carne; venga a nosotros el sexo; hágase su voluntad en la vigilia como en el sueño. Danos hoy nuestro orgasmo de cada día, y respeta nuestro deseo, como también nosotros respetamos a los que nos desean; déjanos caer en la tentación, y no nos libres del porno. Amen.