Así



Abro la ventana. La dejo abierta. Me siento ante ella y miro el cielo. Pasa una paloma, dos. Sigo sentado. Sigo mirando el cielo. El cielo es azul. Miro el cielo durante una hora, quizá dos, no sé cuánto tiempo. La silla es cómoda. Apoyo los codos en la mesa y examino la madera de la mesa. Es agradable al tacto. Levanto de nuevo la mirada y el cielo sigue en su sitio. Pasa otra paloma. Cierro la ventana. Respiro hondo. Así.