Fuga



Amor súbito, quirúrgico, nada perdurable, huído y desierto, batido en retirada, todo saliva y arañazo en el adoquín yace como sangre estremecida por un misterio demasiado concreto; suspirado el cuerpo quedó la sal, un brillo al alba a penas discernible, el sudor huérfano de una piel esquiva, la descarga y el adiós, y el placer derramado que al vacío guardo en un frasco que olvidaré antes que la calle sea barrida hasta desaparecer.