Bombas y balones



Imagen ilustrativaSe dice que el deporte competitivo es un dique que contiene la guerra y la destrucción, y que tiene, entre otras, una función universal: ritualizar y sublimar conflictos reales para permitir de esta manera "el mantenimiento de un cierto nivel de dinamismo de una sociedad, y renovar las bases de la cohesión cultural en periodos de cambio social", en palabras de Peter Marsh.

Todo un símbolo de esta teoría es una noticia del pasado día 15 de abril: la pala de una máquina excavadora que removía el terreno de juego de un campo de fútbol dio con un artefacto que resultó ser una bomba de la Guerra Civil (1936-1939). El explosivo, de 75 metros de longitud, había permanecido enterrado a cinco metros de profundidad. Ójala todos los paises del planeta cambiaran las bombas por balones, los campos de batalla por campos de fútbol y las trincheras por localidades. Esta teoría no siempre funciona.