La blogoteca



Si los periódicos son, muy a menudo, de usar y tirar, ¿cómo son los blogs? Si los periódicos se usan para envolver el bocadillo, ¿son los blogs los que aportan la empanada mental? Hace unos días que pienso en la temporalidad de los blogs y de los posts, qué permanencia es deseable y, sobre todo, hasta qué punto son perdurables. ¿Lo son? Me he inventado, pues, una zona de recreo, consciente de que la eternidad es una cosa del pasado, mucho más que del futuro (que es esa cosa rara que pasó ayer mismo), y que las huídas hacia delante son pan nuestro de cada milésima. Por esta razón y, más que nada, por placer, he tirado un tabique y he abierto en la Oficina de Objetos Perdidos una habitación con muchas estanterías donde iré guardando, con el permiso de los autores, los escritos hallados en Internet con los que más he disfrutado.

Es la blogoteca.