Bretch



Desde California, en su lectura inocente, Bretch hablaba de Gide. Y Gide hablaba de un plátano gigantesco que admiraba por el vigor y el equilibrio emanados de la contundente gravedad de su arquitectura vegetal.

Desde California, Bretch no ejerció de profeta para augurar que medio siglo después las naciones seguirían desangrándose. Aunque Bretch, Gide y el plátano gigantesco explicaban a la perfección que no existe un plan natural que proporcione un feliz equilibrio.