«No interesa»



Leo que los bancos en Internet ganan dinero por primera vez en España. ¿Es que pierden alguna vez? Ya sabemos que para los accionistas de los bancos perder es «no ganar tanto como el año pasado». Los escritores en Internet, los bloguers, damos muchísimo más que los bancos y, además, lo hacemos gratis (y que dure). Además, los bancos en Internet no tienen un apartado para los comentarios, y eso significa que tienes prohibido protestar si no estás de acuerdo, por ejemplo, con el tipo de interés que aplican. En cambio, en la Oficina de Objetos Perdidos el tipo de interés es negativo. Es más: los bancos por Internet no tienen RSS ni RDF ni similares, con lo cual es imposible que nos mantengan informados de sus últimos post. Y lo peor: cuanto mejor funcionan por Internet, más trabajadores echan a la calle. Cito:

Jóvenes, mayores, apoderados, operativos, mujeres, hombres, del Santander, del Central Hispano, de Madrid, de Barcelona o de cualquier otro sitio… Están reduciendo la plantilla por esta vía, más barata que la de las prejubilaciones, y cualquiera les sirve si es para ahorrar costes.

El sistema es de libro: RR.HH. toma buena nota de las quejas que se den sobre un compañero o compañera, se le llama “a capitulo” y se le amenaza de palabra o por escrito con el despido. En la gran mayoría de los casos, cuándo el compañero o la compañera está suficientemente “impresionado” se le ofrece la posibilidad de una “baja pactada” en base a una indemnización que cubra y sobrepase la correspondiente a un despido improcedente. También se aclara que el “exceso” de indemnización está sujeto al compromiso de no informar de nada a los representantes sindicales. De esta manera, el seleccionado o la seleccionada está en la calle, sin protección legal o laboral de ningún tipo y, por tanto, sin margen a reclamar.

Son despidos puros y duros precedidos de una clara presión a través de métodos claramente mafiosos que nada tienen que ver con los comportamientos éticos de los que se presume en ciertos foros y que debieran corresponder, y no corresponden, a la imagen que esta entidad debe dar a la opinión pública.

Por la información que acumulamos, desde el 1 de Enero de este año son ya más de un centenar los compañeros y compañeras que han perdido por este método su trabajo en esta empresa y es de temer que en los planes de quienes diseñan estas estrategias solo estemos en la punta del iceberg.

Dos siglos de lucha sindical para llegar a esto. Parece que los bancos estén deseando regresar al juego sucio y a los métodos violentos, y ellos los primeros. Así que tampoco sería la primera vez que salta por los aires una oficina de banco. Como consumidor, me preocupa que después, cuando acudes a la ventanilla de algún banco, falta plantilla, se demoran los trámites y el trato es pésimo. La pregunta es sencilla: ¿por qué los bancos no aprovechan estas ganancias para mejorar la atención personal y directa al público en sus respectivas oficinas bancarias? Para ellos, la respuesta también es sencilla: no interesa.