Brutal



Pone los pelos de punta el escrito de Ylek sobre las mujeres de Juárez (México), una ciudad donde se han matado, desde 1993 hasta la fecha, alrededor de 400 mujeres, asesinatos perpetrados con un alto grado de sadismo y tortura de todo tipo; una matanza que ha sido calificada de "brutal, perversa e inhumana". Entre otras, una de las actividades de estos monstruos era arrancarle los pechos a la mujer pero, llegados a este punto, rehuyo las descripciones, porque no sé cómo lo hacían ni quiero saberlo. Sin duda, es algo "brutal" y "perverso", pero no es "inhumano". Dichos actos son humanos, lo hicieron humanos, aunque no tengan nada que ver con el hecho de "tener humanidad". Ese grado de sadismo no lo desarrollan los animales, ni siquiera los chimpancés, que son nuestros hermanos simios en el árbol evolutivo.

Mucho habría que hablar sobre el modo de vida que se impone y cómo afecta éste al comportamiento de las personas. Blanca Muñoz, de la Universidad Carlos III de Madrid, analizando la obra "La personalidad autoritaria", de T. W. Adorno, ofrece una descripción génerica sobre cómo afecta al individuo las cosmovisiones basadas en estructuras de poder:

El resultado final será la formación de una cosmovisión colectiva en la que la personalidad autoritaria -caracterizada por la sumisión con los poderosos y la humillación y crueldad hacia los débiles- aparece como propia del "ciudadano normal". La irracionalización colectiva de la Sociedad de Masas conlleva fuertes componentes de autoritarismo en el que aún perviven herencias del Nazismo. La xenofobia y la misogínia, por ejemplo, se fomentarán políticamente en momentos de crisis económicas y sociales a través de los mensajes de la cultura-comunicativa y en función de los objetivos coyunturales del sistema de las corporaciones transnacionales.

Si a eso sumamos el hecho de vivir en la sociedad del espectáculo (se sospecha que las mujeres de Juárez fueron utilizadas para el rodaje de 'cine snuff'), obtenemos un producto rentable en los escaparates de las alcantarillas. Ni siquiera podemos hablar de que el ser humano continúe viviendo en un estado salvaje para poder explicarnos estos actos. Leonardo Da Vinci dijo que "verdaderamente, el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos" y acertó en no utilizar el adjetivo "salvaje". La brutalidad es lo que define estos actos humanos. John Berger, relfexionando sobre la pintura de Francis Bacon, explica en Página 12:

La brutalidad de hoy es tal vez más incesante, invasiva y continua. No perdona nada, ni siquiera el planeta mismo, ni a nadie vivo en sitio alguno. Siendo abstracta, porque deriva de la sola lógica de la ganancia (tan fría como un congelador), amenaza volver obsoletos todos los otros órdenes de pensamiento, junto con su tradición de enfrentar la crueldad de la vida con dignidad y algunos destellos de esperanza.