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Hueco VIII No miento. Me quedé allá en los ocho o nueve años, construyendo castillos de arena, jugando a pillar, jugando al escondite, contando hasta mil, hasta el último pájaro, hasta el último adiós adiós memoria adiós porque ya casi ni me acuerdo; me quedé allá en los ocho o nueve años, acurrucado en un rincón de la casa, mirándome las uñas, los pantalones sucios, con la cabeza en las rodillas, guarecida para siempre por un llanto acogedor; si no me falla el sueño, o los cuchillos, puedo hallar esa conciencia mínima, exacta, que arroja todos los espejos a mi cara, que aprende desde el abandono, que detalla todo lo que no he borrado. No miento. Me quedé allá en los ocho o en los nueve años, no hay más, allí, debajo de una sábana, en una noche sin historia, niño revuelto, distraído, rozando la furia del mundo, sudando, casi solo. Escrito por jose el 15 de junio de 2004, 11:59:47 CEST |