Publicitaria campaña publicitaria



El otro día comenté en un blog la expresión "marquetin solidario" y llegué a la conclusión de que esas dos palabras así de juntas, pegaditas con cola made in Taiwan por cuatro céntimos, no son más que otra operación trasera de marquetin que, evidentemente, no tiene por qué ser "solidario" sino cumplir su objetivo: la rentabilidad. Finura de la caridad cristiana llevada a su modo de expresión capitalista. Existe, por tanto, un marquetin contenedor y un marquetin contenido. Un doble plano; una maleta con un fondo oculto lleno de dinero que cruza todas las aduanas morales. Hace un rato, Juglar se sorprendía de que, en esta Oficina, todavía no se había comentado una "polémica campaña publicitaria" de un periódico español..., que es como decir una "publicitaria campaña publicitaria". Otro caso, en mi opinión, de contenedor y contenido, de marquetin producto del marquetin, de publicidad publicitada. ¿Se acuerda alguien, por ejemplo, de los sexos exhibidos por Benetton en una de sus campañas? Lograr que se haga publicidad de tu propia publicidad (por inmoral, desagradable, sexista, pornográfica,...) se está convirtiendo en una de las herramientas más potentes y que más seducen a las pirañas de los negocios para llegar al máximo público posible; más aún en el caso de la mencionada campaña que, adornada con un veloz editorial de rectificación, con "claves del suceso", opiniones de los lectores..., se dirigía, se dirige a un público muy determinado, es decir, a consumidores de prensa que todavía no se han decidido a dar el paso de la suscripción. De hecho, pienso que si los bloguers cobraran dinero para aumentar las visitas a sus páginas, algunos no serían menos temerarios en sus anuncios.