El otoño no inspira a los ciegos



«El otoño inspira a los poetas. 11 millones de euros inspiran a cualquiera. Sorteo extraordinario de otoño de la O.N.C.E...». Éste es el eslogan que sigue a cuatro pareados imbéciles que vomitan un albañil, una mujer, un pescadero, un jardinero y una pareja. Se trata de la última campaña publicitaria de la O.N.C.E., la Organización Nacional de Ciegos, una entidad con una presunta sensibilidad humanitaria (sensibilidad también hacia el dinero, por lo visto... y, claro, por lo no visto). Parece mentira que, para otras sensibilidades (como la poesía, por ejemplo), la O.N.C.E. esté tan ciega. Hace unas semanas, media España se llevaba las manos y los pies a la cabeza, se hacían contorsionismos morales por la campaña de suscripción de nuevos lectores del periódico El Pais, por el uso del atentado de las Torres Gemelas como reclamo publicitario.

Sin embargo, la vejación y la burla hacia los poetas y la poesía, y hacia el arte en general, pasa totalmente inadvertido y hasta, para algunos, resulta "graciosillo". Si en vez de un albañil recitando gilipolleces bajo el eslogan de "El otoño inspira a los poetas. 11 millones de euros inspiran a cualquiera", el motivo hubiera sido un político rascándose los cojones en una butaca del Parlamento bajo el eslogan: «A los políticos, 40 millones de españoles no los hacen trabajar más. Por 40 millones, tampoco tú tienes que trabajar. Sorteo extraordinario de otoño de la O.N.C.E...» ¡La que se hubiera montado...eh!

Con todo, sólo me cabe pensar que es exactamente ésa la imagen que, en general, mucha gente suele tener de la poesía, cuatro rimas petardas que hacen los holgazanes y los maricones. Maricones con derecho al matrimonio y a la adopción, claro, pero no a ser maricones. Como los poetas, que, holgazanes o no, maricones o no, desde hace siglos tienen reconocidos todos sus derechos, pero siguen siendo "de esos" y "de esas", los "raros" y las "raras". Nosotros, los poetas.