Serán manías



Cuando trato cualquier asunto, si no llego a rozar ese fondo de las cuestiones por la cuales se me podría considerar (a veces con razón), una persona pesimista, es imposible que después, superado este filtro, pueda empezar a ser optimista. Mi error consiste en esperar de los demás este mismo trabajo. El optimista por sistema es una víctima de la frívolidad, pero aun éste guarda un grado de inocencia si su ligereza no es más que el mecanismo que activa su propia ignorancia; más delito tiene la frivolidad cuando es usada, como papel higiénico, para eludir el conflicto. Entonces sólo cabe hablar de cinismo. Eso es todo por hoy.