La disección de la magdalena



Dos científicos estadounidenses han ganado el premio Nobel de Medicina 2004 por su investigación de los genes relacionados con el sentido del olfato, avanzando en el conocimiento de la memoria olfativa del ser humano. Como ya sucedió con las novelas de Julio Verne, estas investigaciones confirman que, de vez en cuando, la literatura se adelanta, de forma profética, a algunos estudios científicos, aunque solamente sea de forma anecdótica:

"Me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba..." (M. Proust, «En busca del tiempo perdido.1-Por el camino de Swann»)

El famoso pasaje de la magdalena de Marcel Proust, ejemplo del condicionamiento clásico de Pavlov, transportaba, al protagonista, a la felicidad de su infancia y producía ahora en el adulto de la novela la respuesta condicionada: un estremecimiento, un placer infinito que surgía inesperadamente del interior de la magdalena... Algo totalmente inexplicable para el protagonista. El diapasón de Pavlov y la magdalena de Proust. ¿Ciencias o letras? No: ciencias y letras. Saberes complementarios.