De paso



No deseo que me salgan gemelos, pero mi destino tendría que parecerse un poco a mi meta y que se respetaran como hermanos. Confieso que mi meta es siempre llegar a una meta, pero no para ganar ni para perder, ni tampoco para alardear de que logré llegar y que, en definitiva, hice camino al andar. Mi meta siempre es llegar a una meta, justamente para borrar esa meta que en algún momento pudiera dejarme caer en la tentación de pensar o sentir que he llegado a alguna parte, a un lugar para siempre, a un amor donde sólo me quede pan y memoria. Por eso puede parecer que siempre regreso de un lugar al que no fui y que ya me dirijo a otro en el que, sin duda, nunca habré estado. Y por eso prefiero pasear a desplazarme. Cómo me gustaría saber estar siempre de paso.