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Del miedo La afirmación más audaz del Final de partida de Becket, según la cual ya no queda mucho que temer, es la reacción ante una nueva praxis que dio la primera muestra de sí en los campos de concentración y en cuyo concepto, antaño venerable, acecha ya una teleología dirigida a la aniquilación de lo diferente. La negatividad absoluta es previsible y ya no sorprende a nadie. El miedo estaba unido al principio individual de la autoconservación, que se elimina a sí mismo por su propia lógica. Cuando en el campo de concentración los sádicos anunciaban a sus víctimas: 'mañana te serpentearás como humo de esa chimenea al cielo', eran exponentes de la indiferencia por la vida individual a que tiende la historia. En efecto, el individuo es ya en su libertad formal tan disponible y sustituible como lo fue luego bajo las patadas de sus liquidadores. Pero desde el momento en que el individuo vive en un mundo cuya ley es el provecho individual universal y, por tanto, no posee más que este yo convertido en indiferente, la realización familiar de la tendencia desde antiguo es a la vez lo más espantoso. Nada puede sacarle de ese espanto, como tampoco lo pudo de la alambrada electrificada que rodeaba el campo de concentración. La perpetuación del sufrimiento tiene tanto derecho a expresarse como el torturado a gritar: de ahí que quizá haya sido falso decir que después de Auschwitz ya no se puede escribir poemas. Lo que en cambio no es falso es la cuestión menos cultural de si se puede seguir viviendo después de Auschwitz, de si le estará totalmente permitido al que escapó casualmente teniendo de suyo que haber sido asesinado. Su supervivencia requeriría ya la frialdad, el principio fundamental de la subjetividad burguesa sin el que Auschwitz no habría sido posible. ¡Qué culpa tan radical la del que se salvó! Su pago son los sueños que padece, como el de quien ya no vive, sino que fue pasado por la cámara de gas en 1944, cuya existencia posterior entera es mera imaginación, emanación del deseo delirante de una asesinado hace 20 años.
Theodor W. Adorno
'Dialéctica negativa', pp. 362-363, Taurus Humanidades, Madrid, 1992.
Escrito por jose el 5 de noviembre de 2004, 1:02:55 CET |