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Bautizo, comunión y confirmación Estas son las cosas que pasan. Las que han pasado, las que probablemente pasarán? Averiguar los turbios recovecos del nacionalismo español, a través de la retórica de los Ortega, de los Castro o de los Albornoz, y de los González, de los Carrillo, de la Montseny, es un reto sugestivo. La fantasmagoría del españolismo de izquierdas –¿cuál?– hace llorar. La derecha, militantemente españolista, dispone del poder, del “revisionismo”, de la socialdemocracia y de las “Hijas de María”, que todo es un bloque unánime. La «izquierda» intelectual tiene que ser una opción crítica. Y crítica, primero que nada, “contra” la izquierda. De cara a la derecha no hace falta perder el tiempo. Ya la hicieron como convenía Marx, Lenin, Stalin, la Rosa, e incluso Trotski y Mao, y Marcuse, y Adorno. Una izquierda crítica, en el espacio del estado español, no la veo posible. Y si lo fuera, tendría que empezar por esto: por desmitificar el nacionalismo español. El españolismo no es una simple confección de la derecha: es una confección «española». Con el aval de don Salvador de Madariaga, “español profesional”, para entendernos. Y con más ayudas: Besteiro, Negrín, Durruti. La izquierda “española” se ha caracterizado siempre por su inocencia, y por su “españolismo” rabioso. Entre Calvo Sotelo y el doctor Negrín había más afinidades que diferencias... Joan Fuster Sueca, 9 d’Octubre de 1979 Prólogo del libro “Franco i l’espanyolisme”, de X. Arbós y A. Puigsec, Curial, 1980 Escrito por jose el 5 de noviembre de 2004, 9:21:40 CET |