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César Ha perdido la oportunidad de saber quién aspira a ser su mejor asesino. Peor todavía: ha ganado la victoria de conocerlo a fondo en la tumba. Registrará paises y armarios. Sin fortuna buscará su rostro en todos los espejos rotos, contra todas las luces su sombra. Perseguirá hasta el hedor la sangre presunta en otra ciudad devastada. Sólo una palabra más, casi un disparo, cerrará por fin el círculo del que juega con fuego y se acaba quemando. Escrito por jose el 17 de noviembre de 2004, 18:42:28 CET |