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Zapato voces de piedra esculpen sueños de piedra como cantos de acanto a coro del viento obviamente de piedra que las gaviotas taladran en su vuelo de piedra sobre un mar de piedra en la orilla de piedra las olas de piedra a pedradas golpean la estatua de piedra de un pescador capturando eternamente un zapato de piel hecho a mano y al que siempre le faltará un pie
Escrito por jose el 11 de febrero de 2004, 2:21:42 CET
![]() Tesis el bebé en la cuna del hospital es el niño escondido detrás de la cortina es el monaguillo ante el crucifijo es el estudiante ante sus libros es el soldado tras la mirilla del tanque es el corredor de seguros abandonando la carrera es el jugador que administra sus cartas es el aficionado en la grada del estadio es el cuarentón en la cola del paro es el viejo que contempla las obras del edificio es el esqueleto que yace debajo de la lápida es [ soplo ] es esta mota de polvo que se te metió en el ojo
Escrito por jose el 10 de febrero de 2004, 0:42:50 CET
![]() Refugio Cada hora es un invierno distinto y, cuando llega el invierno, a la ciudad se le caen los pájaros como a nosotros los dedos. Coleccionamos cielos en la mirada, la saliva repta por nuestra piel hacia las cenizas dulces del sueño y nuestra sábana infinita la descolgamos por cornisas y balcones para escapar hacia el amor. Cuando éramos espejos nos pasábamos el tiempo mirándonos sin tiempo, como gatos por vez primera ante los secretos del agua; hoy nos queremos como dioses microscópicos condenados a la locura de una memoria que aún no hemos fabricado mañana. Antes que nuestro canto y sus estaciones, antes de que nos crecieran todas las uñas, antes de que se publicaran los derechos de admisión internacionales, antes de que nuestra gran voz de pulga saltara por los aires, existía el vacío universal y perfecto de los innumerables astros que a dentelladas se pusieron de acuerdo para equilibrar nuestro poco de nada, un punto muerto en el horizonte imposible. En cambio, contra todo pronóstico, crece ahora y aquí un bosque frágil e imperfecto de luces inmunes a los besos que con cuidado depositamos en cada una de nuestras cicatrices. Un enjambre de caricias es el fruto del árbol que todavía no saboreamos, pero nos ofrece al menos una sombra mínima. A buen bebedor, poco vino basta. Los fabricantes del odio ignoran que ensayamos eternamente el mismo sueño de felicidad, aunque mil veces nos cambien de lugar el paraiso.
Escrito por jose el 6 de febrero de 2004, 9:47:04 CET
![]() Barrio Las ventanas sacan cabezas al sonar las sirenas. ¿Algún herido? No importa. Todos miran y nadie pregunta. Es la costumbre. Barrenderos, escolares, mamás aceleradas, y la ambulancia, que se traga un muerto y hace la digestión de camino al hospital. En calles tan caudalosas nadie puede nadar contra corriente, aunque en este barrio cualquier idea es política decorativa. Antes del bautismo de la luz, auténtico milagro cotidiano, el alba se derrite libre, y desde los tejados trepa hasta tocar el suelo en el mismo instante en que nace una lechuga en la axila de la verdulera. Otro día en que las palomas se atreven a volar sin responsabilidad. Otro día en el que la vecina del quinto se para entre el sexto y el séptimo en compañía del vecino del octavo para follar como nunca. Otro día en que el constructor pasa con su mercedes negro y en cada mirada de los vecinos marca el territorio de las futuras demoliciones. Quizá no en la próxima muerte, pero en la siguiente seguro que el mango de la sartén será nuestro, piensa el viejo sindicalista. La noche llega al barrio sin suficiente eternidad. Nada pesa. El silencio exige que un gato maulle, pero alguien se lo comió.
Escrito por jose el 4 de febrero de 2004, 9:55:26 CET
![]() Piel pero qué estoy haciendo y dónde voy, ayer dije ya no más y hoy repito la historia, trabajo la piedra, me como una pierna, por qué no me callo cosas que digo, por qué no digo las cosas que callo, y quién es ése que no es nadie para venir ahora a venderte, a comprarte, a dirigirte tartamudo la palabra, imbécil, y en qué tiempo y espacio me crucé con ese otro que soy, que no soy si me omito, y quiénes son ellos, gente elíptica, excremento, veneno, serpientes, unos grandes hijos de puta, para obligarte a gritar baba si desde dentro del espejo no existe ningún reflejo, ni siquiera el desierto, y desde cuándo sufre usted esta absurda epilepsia, esta amnesia, estas crueles prevenciones, y por qué se la cree, mengano, y por qué se la inventa, y por qué, dígame, por qué se niega a cualquier cura posible o imposible, no lo ve?, no ve que no hay destino o futuro? no lo ve? no lo siente, mengano? es que así nunca llegaré a ninguna parte si es que hay que llegar a alguna vida, qué alto sentido del deber tengo, del deseo que despliego, ajusticio, reivindco, pienso en serio que podrías reinventar el silencio?, ni eso, ni eso, algún día me preguntaré por qué me metí en este paraíso, en la gran carcajada, en el ensayo eterno de disparar una bala, en esta miel inútil, cegadora, pero qué estoy haciendo, qué estoy haciendo, por qué me he abandonado, que ayer dije no más y hoy cualquier sueño es trinchera
Escrito por jose el 2 de febrero de 2004, 8:13:28 CET
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