Ventanas



Querido Jose: Últimamente he perdido muchas cosas, pero, vamos, como todo el mundo, imagino que no más que mis prójimos. Tranquilo, no voy a referirlas todas aquí y ahora, en esta carta que te dirijo con la cauta esperanza de que, desde la oficina donde trabajas, puedas ayudarme; una esperanza que, tratándose de un asunto tan vital para mi, no desearía añadir a mi lista de objetos perdidos. El caso es que en mi casa hay varias ventanas, una por habitación. Anoche, cuando me acosté, estuve contemplando la luna desde la ventana de mi dormitorio... Después me fui a dormir. Hoy, al despertarme, he descubierto que la ventana de mi habitación no estaba... Tal cual, como te lo digo: que no estaba. Pero esto no es nuevo, Jose, no es la primera vez que me pasa. Me levanto, doy vueltas por el dormitorio y confirmo que en las paredes no hay ni siquiera un hueco, ni rastro de las hendiduras del marco ni resto alguno de los cristales. Como otras veces, he recorrido la casa y he comprobado que, efectivamente, todas habían desparecido. Sé que es extraño. La primera vez que me sucedió me asusté mucho... Es algo que sólo me pasa a mí, porque las ventanas de los vecinos siguen en su sitio. Normalmente, por la tarde, cuando vuelvo del trabajo, las ventanas vuelven a estar donde el constructor las puso, pero hoy no han regresado. No sé dónde se han ido. Me he dado una vuelta por el barrio a ver si las encontraba, pero nada. Por eso, antes de iniciar obras para poner ventanas nuevas, te escribo esta carta para que me ayudes. Ávisame si aparecen por la oficina. Gracias.

V. V.




enlace |   |  mensajes  
 


separación



Insomnio



¿Por qué insistes en llenarte de nada, en alimentarte de polvo? ¿Desde qué hambre escribes? ¿Qué Dios de mierda te animó a bajar al infierno? ¿Y quién es ese animal salvaje que te agarra el corazón por dentro? A los niños y a las niñas les enseñas mejor que nadie a escupir a los pies de la virgen, a creer firmemente en las nubes, a besarse en oscuros rincones cuando sus madres no miran, pero ¿qué es lo que te pasa ahora cuando prometes mares de sangre a los reinos y repúblicas de Europa? Te has codeado con los magnates y los presidentes de todo el mundo, te han invitado a las fiestas de todos los palacios de América, África y Asia, y ahora planificas su naufragio en los más hondo de tu sudor. ¿Qué amenaza presientes cada noche tras esa ventana que contra el muro perforas con tu propio silencio? Fuiste hijo, padre y abuelo antes de cumplir los quince, lamiste hasta el desmayo los poros de miles de desconocidas y, ahora, recién cumplidos los veinte, quieres abrir de par en par el cielo y la tierra para que el universo se atragante con tus gritos y se ahogue en tu saliva. ¡Si supieras lo poco que te aman tus congéneres! ¡Si conocieras la indiferencia y la verdad con la que nace y crece una maldita rosa! Muerto antes de nacer, tu destino es la masacre de todos los odios y, sin embargo, por amor vives dentro del cadáver más grande y más desconocido de todo el planeta. Aunque tu, todo eso, no lo sabes todavía. Y nunca lo sabrás. La eternidad confirma que las piedras te ignoran.




enlace |   |  mensajes  
 


separación



Por qué cuando ando me piso los talones



Es extraño. En el mismo instante en que me despierto percibo ante mí que yo mismo en persona ya me he levantado, que me estoy vistiendo, que mis piernas se están poniendo los pantalones mientras mis pies hace horas que se han calzado y, poco después, justo en el mismo momento en que pongo a calentar el café oigo que mi boca ya está gritando un adiós desde dentro del ascensor. Me miro el reloj, pero no está adelantado. Al salir de casa me sorprende sobremanera que al encontrarme con el vecino mi mano salude casi un minuto antes de que yo me ponga a levantar la mano y al cruzar la calle compruebo que mi cuerpo la ha cruzado por lo menos treinta segundos antes de que yo lo ordene, lo que significa que en la milésima de tiempo en que el semáforo se pone en verde mi cuerpo hace rato que ya está andando y doblando una esquina a lo lejos con indiferencia de sapo. En el mismo instante en que llego a mi puesto de trabajo descubro perplejo que ya había encendido el ordenador mucho antes de haber llegado, y al sentarme en mi silla casi no quepo y me siento terriblemente incómodo, hasta que por fin me doy cuenta de que ya estaba sentado. La verdad es que empiezo a estar un poco asustado, pero no sé, noto que tengo miedo justo después de ya haberme aterrado. Con todo, después de haber padecido una mañana tan anormal y extraña, no entiendo por qué al encender el ordenador e iniciar el trabajo las cosas continúen tal y como las había dejado, no comprendo cómo las tareas no estén finalizadas una hora antes de que yo ya las hubiera empezado. Parece, pues, que de repente todo recupera su ritmo, porque no me sobresalto cuando el jefe me asigna un proyecto que tres horas después todavía no he iniciado. Conste aquí que le he contado esta historia, pero que no ha colado.




enlace |   |  mensajes  
 


separación



No digo nada



Yo no digo nada. Nunca digo nada, ni siquiera ahora, ni mucho menos aquí. ¿Qué? ¿Que qué digo? Nada. Este yo, es decir, esto que fraudulentamente yo creo que llamo "yo", este yo que me ocupa y me invade, que no me hace caso porque ciertamente no sabe nada de mi, este yo nunca dice nada de nada, y si dice algo, aunque sea "buenos días" o "qué tal, Pili", seguro que es mentira o lo que aún es peor: falso. Otra cosa es que alguien se lo crea, o que se lo quiera creer. Porque nunca digo, ni dije, ni diré nada. ¿Cómo voy a saber yo decir más que lo que dice mi cuerpo desnudo ante el mundo, este cuerpo que sabe más de mi que yo, y más que todos los libros del mundo que lo saben todo? Sin ir ni venir, porque no me muevo, parece que vengo de una eternidad muda y que voy hacia otra eternidad muda, al menos mientras no se demuestre lo contrario. Me he pasado la vida callado, por más que grite, por más que llore, y ya presagio, con educada antelación, que en silencio hablaré hasta en la tumba. A ver, ¿qué he dicho? ¿Que soy agua con gas? No es cierto. ¿Y es que acaso acabo de decir algo? Me doy cuenta, además, de que tampoco nosotros decimos nada. ¿Qué decía usted? Usted se calla. No se enfade. No me malinterprete. Usted no dice nunca nada y si cree usted que en verdad dice algo, usted es un idiota o un imbécil (depende) como yo cuando me creo que digo algo. ¿Hola? ¿Hello? ¿What? ¿Hay alguien ahí? Fin de la comunicación. [Éste es el contestador automático de la Oficina de Objetos Perdidos. Si usted está llamando a este número de teléfono desde un año posterior al 2100 d.C. o bien telefonea desde alguna galaxia aún desconocida, deje por favor su mensaje e intentaremos atenderle, o no, en cuanto nos sea totalmente imposible].




enlace |   |  mensajes  
 


separación



Adolescente adoleciendo



Ahora saldré y me emborracharé de nuevo iré muy ciego por cualquier calle llena de pierna y minifalda de escote y lunas blandas te borrarás en mi cerebro y asistirás al corazón con alcohol y sin razones con la ausencia de quien no está o de quien está realmente ausente

Pero tu volverás será un retorno frágil será una vuelta acostumbrada y con falta de costumbre atacarás mucho más fuerte que cualquier resaca Sé que aunque beba agua y más agua jamás seré capaz de apagar esta sed que es mi incendio o mi lágrima esta grave resaca que a menudo tu recuerdo me propicia




enlace |   |  mensajes  
 


separación