Guinea acusa a España de apoyar una invasión para derrocar a Obiang. La acusación no es una novedad. Las consecuencias políticas de este suceso quedaron inevitablemente interrumpidas hace unos meses, ya que al día siguiente se producía el atentado en Madrid. Las noticias-guadiana, que surgen y resurgen al antojo de unos pocos, dan como resultado que Aznar, que era el responsable entonces, esté ahora en Georgetown hablando de la Reconquista y que el gobierno de Zapatero sea el que tenga que dar explicaciones en la ONU. Y las tendrá que dar.

La propuesta del gobierno español, hecha pública por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de qué el catalán y el valenciano sean consideradas, por separado, lenguas oficiales de la UE gracias a una reforma del régimen lingüístico europeo no sólo demuestra que no existe la comunicación interna entre las diferentes delegaciones del PSOE, sino que, además, estamos gobernados por una gente sumamente inculta e ignorante. Comprobamos, entonces, que no existe ningún tipo de coordinación de los socialistas entre Madrid y Valencia para la toma de decisiones en torno a la unidad de la lengua, mil veces defendida por el PSPV (Partit Socialista del País Valencià). Si yo fuera militante socialista en el País Valencià (déu mos guard de mal e pecat) pediría inmediatamente la dimisión de J. I. Pla como secretario general del PSPV, por haber caído tan fuera de juego en un tema tan sensible para los valencianos. Por otra parte, servidor consideraba a Moratinos una persona de una cierta capacidad intelectual; no vayamos ahora a pedirle que se haga filólogo, pero ha quedado claro que ni él ni el resto del gobierno tienen ni una mínima puta idea de temas lingüísticos. Dicen que rectificar es de sabios, pero no siempre. La mare que els va...

En aquel pais, a todo presidente electo se le sometía a una operación de corazón para implantarle un poderoso chip en el ventrículo derecho, cuya función principal era la de captar, vía ondas electromagnéticas, tanto las satisfacciones como los disgustos de los ciudadanos. El presidente gozaba de una salud formidable cuando la ciudadanía estaba contenta y hasta se le permitía disfrutar de vacaciones extra, ya que la felicidad ciudadana demostraba que el gobernante había trabajado eficientemente por la mejora del pais. En cambio, al presidente se le aceleraba el ritmo cardíaco si la ciudadanía enfurecía. El insomnio y las palpitaciones le avisaban de que su gestión no era la adecuada. Cuando los ciudadanos estaban más que hartos a causa de las promesas incumplidas, era inevitable que finalmente el chip provocara una explosión en el corazón del presidente. Infarto. Hoy en día, después del fallecimiento de siete presidentes por efectos del chip, se está estudiando la implantación del mismo en el corazón de los ministros, que se daban la gran vida y hasta la fecha habían gozado de total impunidad.

El once ese auguraba una disyuntiva: 1) que todos los onces esos (uno como el de hoy), el planeta entero se acordara, solidariamente, de que los Estados Unidos sufrieron una matanza; o bien, 2) que todos los onces esos, el mundo se acordara de que los Estados Unidos masacraron a Afganistán y a Iraq.

Ahora empezamos a estar hartos del once ese.

There are still a lot of twins to fall down.

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