Armas de destrucción científica (+IVA)



Un amigo me ha enviado (moltes gràcies Fran) unos datos escalofriantes que me preocupan y, si bien tengo muy claro qué tipo de gente es la que nos desgobierna, no deja por eso de aterrorizarme esta información. La cuestión es que el gobierno español ha triplicado el presupuesto dedicado a la investigación militar por encima del asignado a la investigación básica civil. Más del 31% del gasto público dirigido a la investigación científica corresponde a programas militares, según se desprende del "Informe 2004 sobre los presupuestos para R+D civil y militar en el Estado español", elaborado en la Fundación por la Paz, que ha lanzado la campaña "Por la paz, no a la investigación militar".

La cantidad empleada en estudios de tipo militar, casi 1.400 millones de euros, se obtiene a partir de la suma del presupuesto de investigación centralizado desde el Ministerio de Defensa más los avances que facilita el Ministerio de Ciencia y Tecnología, tal y como se deduce a partir del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año 2004. La mayoría de estos recursos tienen como objetivo el diseño y construcción de once tipos diferentes de armamento.

El capital destinado a la investigación para la creación de armamento es 3 veces mayor que el dedicado a la investigación científica básica, fuente principal de financiamiento de las universidades y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); 7 veces más que el asignado a estudios de tipo médico y sanitario; 27 veces más que el presupuestado para investigación agrícola y 38 veces más que el empleado en estudios de oceanografía y pesca (acuérdense, aquí, del Prestige).

El despropósito es tan grande que solamente cinco empresas vinculadas a la industria militar (EADS-CASA, Santa Bárbara Sistemas, Izar, SENER e ITP) reciben el doble de dinero que, en conjunto, todas las Universidades del Estado y el CSIC para R+D civil.

Parece, pues, que el Partido Popular realiza inversiones, no para garantizar la paz, sino para fomentar la guerra. Esta militarización de la investigación científica en el Estado español no es un hecho nuevo: desde el año 1995 se han registrado importantes aumentos que, en conjunto, han supuesto nada más y nada menos que un incremento del ¡475%!

Así que, con la creciente asignación de capital público (es decir, tuyo, mío y de todos los ciudadanos) a estudios militares y la extraordinaria relación de Aznar con el país donde más gente muere de asesinato por armas de fuego, cabe imaginar que durante las próximas elecciones, los "populares", en vez de regalar banderitas con sus siglas, obsequiarán a sus militantes con pistolas diseñadas por las nuevas generaciones de científices españoles.




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También yo fui periodista, pero no me caso








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