viernes, 28. mayo 2004

El plan



Con puntos, comas y signos de admiración, tenía pensado todo lo que le iba a responder en el momento en que su en enemigo cotidiano se decidiera a recriminarle la más mínima falta. De hecho, durante años había estado aguardando que su enemigo cotidiano le ofreciera ese magnífico instante de satisfacción, ese magnífico mar en calma que pudiera acoger su caudaloso río de rabia, aunque la espera fuera a cargo de una larga lista de actos autodestructivos, noches en vela, absurdas lamentaciones y autoconmiseración, como si todo esa parafernalia del dolor que se había montado con una paciencia de cirujano, esa angustia ya en ruínas, pudiera funcionar algún día a modo de munición boomerang de su odio. Hasta entonces había permanecido encerrado en sus límites formales, sus opciones mínimas, tragos de bilis, traje-chaqueta y buena cara, celebrando fiestas y funerales con sus propios fantasmas, despejando todas las dudas sobre la reconfortante inmoralidad de la agresión o, incluso, el asesinato de su enemigo cotidiano. Repasaba a diario, una por una, todas las palabras, tratando de hallar las más precisas, hasta llegó a dejar escritas todas las respuestas que preparaba para ese momento en que su enemigo cotidiano se decidiera a recriminarle la más mínima falta. Y había llegado ese instante de gloria. Por fin, llegó un día en que su enemigo cotidiano le recriminó un olvido. Pero él, contra todo pronóstico, se quedó callado. No supo qué decir. Se preguntó cuánto le darían por un rifle de segunda mano.




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jueves, 27. mayo 2004

Lavorare stanca



El cansancio es mi mejor arma. Pero sólo aparece cuando es imprescindible. Cuando ya no me puedo defender.




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miércoles, 26. mayo 2004

Caída



¡Socorro! ¿Hay alguien ahí fuera? ¡Llamad a los bomberos! ¡Sacadme de aquí! Llevo tres días atrapado... Resbalé y me caí en el fondo de su mirada.




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martes, 25. mayo 2004

Salarios



Es injusto que la ley fije un salario mínimo interprofesional y, en cambio, no fije un salario máximo interprofesional. Si el máximo fuera menor, el mínimo podría ser mayor.




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Filósofos



Dijo Platón que la pobreza no viene por «la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos». Y Lucio Anneo Séneca quiso confirmar que «no es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea». Sin embargo, comprobamos a diario que los muchos deseos de los ricos nunca los convierte en pobres. Por lo que tengo la impresión de que Platón y Séneca, además de ricos, eran unos cínicos. Y me recuerda lo que dijo François Marie Arouet Voltaire, quien, por cierto, tampoco era pobre: «Si los pobres empiezan a razonar todo está perdido». Imagino que, antes de empezar, los pobres necesitarán algo de dinero para comprar la razón y algo más para venderla.




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