No sé yo si el software será algún día libre y, sobre todo, no sé si liberará a alguien de algo, pero ya existen ilustres profetas dispuestos a gastarse mucho dinero en esta honorable (!) empresa como si fueran apóstoles de Cristo (bueno, ya sabéis que luego vino la Iglesia, que inventó templos, vírgenes y crucifijos de oro). En todo caso, el creador del concepto de software libre, Richard Stallman (presidente de la Free Software Foundation y creador del proyecto GNU), y el actual presidente de Linux Internacional, Jon 'Maddog' Hall, estuvieron ayer en Bilbao y han confirmado ya su asistencia como conferenciantes al I Congreso de 'Software' Libre de la Comunidad Valenciana, que se celebrará durante el 6, 7 y 8 de mayo en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Esta semana se ha abierto el plazo para poder acreditarse para la asistencia al Congreso. Stallman dijo ayer en Bilbao que «si los usuarios supieran que Microsoft les espía, quizá se pensarían mejor su elección».

A los domingos se les debería hacer un torniquete, para detener la hemorragia, para no llegar a lunes. Los lunes deberían de estar prohibidos por los convenios laborales y recogidos como día de descanso en la Declaración de Derechos del Hombre. Para poder comer no hace falta trabajar tantos días de la semana. Lo que pasa es que el sistema sólo se pone a cien, sólo llega al orgasmo si nos tiene cogidos.

Se habla mucho más ahora de la cantidad de muertos que cuando Estados Unidos hizo la guerra y, masacrando a tantas personas, invadió Iraq.

Soy un sujeto paciente, omitido por un objeto indirecto, con complemento circunstancial de tiempo, recluso de un predicado que adjetiva cuando calla. En esta oración no, pero en la próxima me pido ser un verbo en función copulativa.

No gozan de mayor eternidad los árboles glabros que las hojas derrumbadas. Nuestros sueños caerán de bruces, pero el viento seguirá desenvainando ramas para abatir la irresponsable idea de cielo. Ni siquiera la muerte tiene fecha de caducidad.