Munich me ha parecido una interesante película que, entre muchas otras cosas, tiene el poder de gritar imbécil al espectador que digiere las secuencias tragando palomitas y también el talento para describir el fanatismo no sólo de sus personajes sino también el de los que siempre ven el cine político como un panfleto peligroso. Pero vamos a las palomitas, porque opiniones las hay de honestas y sensibles. El espectador que engulle simultáneamente palomitas y cadáveres —y que además tiene el permiso administrativo de hacerlo—, probablemente fue a la escuela y conoce el significado léxico de la expresión película basada en hechos reales, pero seguramente desconoce, o se niega a descubrir, el alcance del argumento de la película porque cada palomita que se embucha conforma la ficción de mantequilla con la que suele alimentar a su cerebro. El espectador de las palomitas vive satisfecho en el mundo de las palomitas, se siente seguro en el mundo de las palomitas y de ninguna forma desea abandonarlo. Exactamente igual que algunos comentaristas de cine. El espectador-palomita devora su propio cerebro, pero diría que de una forma aún más indigna —si cabe— que Avner, el protagonista de Munich, cada vez que asesina a un congénere. Salvando las distancias, claro. Creo que el único roedor de palomitas de la sala es el que me tocó cerca. Cuando terminó con las palomitas, comenzó con las uñas. Y cuando consumió sus uñas, escondí las manos, por si acaso. Es lamentable que, si existe una ley antitabaco, no se reclame ya una ley antipalomitas. Pienso que es una cuestión de higiene sonora y salud cultural.

El dominical gritánico «News of the world» publica hoy en portada fotografías sacadas de un video en el que se puede ver cómo soldados británicos atacan salvajemente a un grupo de indefensos adolescentes iraquíes, a los que golpean de forma brutal. Y esas imágenes, junto a los maltratos en la cárcel de Abu Ghraib, es lo poco que hemos visto de la puta guerra de Irak, lo poco que no han conseguido censurar. O no les interesa censurar. Aterroriza pensar en todo lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que sí han logrado censurar los gobiernos asesinos.

PD. ¿No es llamativo que se publique un video como éste, ¡grabado en 2004!, justo después de la aparición de las viñetas que denigran a Mahoma? Me da a mí que hay muchísimo interés en calentar, todavía más, el escenario. Que hierva.

Módulo seis

No ha perdido sin embargo sus garantías constitucionales que le permiten pasar de una espora a otra como si no hubiese comenzado nunca la persecución. Le toleran hasta tres llamadas comunicarse con su dios y luego empeñarse en ser réplica inocente de todos los incendios. Con una sola perforación en sus fosas nasales podría destrozar el mundo y volverse idiota       para así no tener que desdecirse y darles la razón a los verdugos.

De Amonal y otros poemas, via Islas en la red.