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miércoles, 19. noviembre 2003
Insomnio II No tengo ningún miedo, ni alimento remordimientos. No me arrepiento de lo que digo, no hago un misterio de lo que callo, no paso las horas lamentando todo aquello que un día dejé de hacer y que definitivamente no hice. Todo gesto, toda promesa, toda oportunidad es inútil y la fortuna un fantasma que atraviesa paredes pero tropieza con todo. Únicamente soy un corazón infinito a punto de ser engullido por la boca del estómago, un sentimiento falto de cuerpo arrojado contra un cosmos al que le sobra una gran dosis de existencia, un hombre encarcelado por sus propios pensamientos que sonríe en silencio a través de sus barrotes. Me culpan de reconfortar a los que lloran cuando soy un hombre herido y sé que no tengo derecho a emitir queja alguna cuando solamente puedo sentirme y ser feliz si sangro. La culpa no existe. Es para el ser humano el peor de los inventos, después del amor romántico. Forastero soy donde nací porque procedo de una eternidad que desafina cuando canta; por tanto, con paso firme camino hacia todas las tinieblas responsables de la íntima caricia de mi orgía de rabia. Sombra de mi sombra, desaparezco en mí y por mi donde la esperanza vuelve a ser el espejo roto de mis sueños. Declaro, entonces, que hubo una tierra prometida de la cual no era yo el destinatario, que heredé una casa acogedora de la que jamás fui yo el habitante, un esqueleto atlético del que no acepté ser el usuario, una mujer voladora con la que nunca pude aterrizar. Abandono aquí mi piel y mis zapatos. Me mudo a vivir dentro de mi estatua.
Escrito por jose el 19 de noviembre de 2003, 23:42:52 CET
Armas de destrucción científica (+IVA) Un amigo me ha enviado (moltes gràcies Fran) unos datos escalofriantes que me preocupan y, si bien tengo muy claro qué tipo de gente es la que nos desgobierna, no deja por eso de aterrorizarme esta información. La cuestión es que el gobierno español ha triplicado el presupuesto dedicado a la investigación militar por encima del asignado a la investigación básica civil. Más del 31% del gasto público dirigido a la investigación científica corresponde a programas militares, según se desprende del "Informe 2004 sobre los presupuestos para R+D civil y militar en el Estado español", elaborado en la Fundación por la Paz, que ha lanzado la campaña "Por la paz, no a la investigación militar". La cantidad empleada en estudios de tipo militar, casi 1.400 millones de euros, se obtiene a partir de la suma del presupuesto de investigación centralizado desde el Ministerio de Defensa más los avances que facilita el Ministerio de Ciencia y Tecnología, tal y como se deduce a partir del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año 2004. La mayoría de estos recursos tienen como objetivo el diseño y construcción de once tipos diferentes de armamento. El capital destinado a la investigación para la creación de armamento es 3 veces mayor que el dedicado a la investigación científica básica, fuente principal de financiamiento de las universidades y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); 7 veces más que el asignado a estudios de tipo médico y sanitario; 27 veces más que el presupuestado para investigación agrícola y 38 veces más que el empleado en estudios de oceanografía y pesca (acuérdense, aquí, del Prestige). El despropósito es tan grande que solamente cinco empresas vinculadas a la industria militar (EADS-CASA, Santa Bárbara Sistemas, Izar, SENER e ITP) reciben el doble de dinero que, en conjunto, todas las Universidades del Estado y el CSIC para R+D civil. Parece, pues, que el Partido Popular realiza inversiones, no para garantizar la paz, sino para fomentar la guerra. Esta militarización de la investigación científica en el Estado español no es un hecho nuevo: desde el año 1995 se han registrado importantes aumentos que, en conjunto, han supuesto nada más y nada menos que un incremento del ¡475%! Así que, con la creciente asignación de capital público (es decir, tuyo, mío y de todos los ciudadanos) a estudios militares y la extraordinaria relación de Aznar con el país donde más gente muere de asesinato por armas de fuego, cabe imaginar que durante las próximas elecciones, los "populares", en vez de regalar banderitas con sus siglas, obsequiarán a sus militantes con pistolas diseñadas por las nuevas generaciones de científices españoles.
Escrito por jose el 19 de noviembre de 2003, 17:03:36 CET
Ventanas Querido Jose: Últimamente he perdido muchas cosas, pero, vamos, como todo el mundo, imagino que no más que mis prójimos. Tranquilo, no voy a referirlas todas aquí y ahora, en esta carta que te dirijo con la cauta esperanza de que, desde la oficina donde trabajas, puedas ayudarme; una esperanza que, tratándose de un asunto tan vital para mi, no desearía añadir a mi lista de objetos perdidos. El caso es que en mi casa hay varias ventanas, una por habitación. Anoche, cuando me acosté, estuve contemplando la luna desde la ventana de mi dormitorio... Después me fui a dormir. Hoy, al despertarme, he descubierto que la ventana de mi habitación no estaba... Tal cual, como te lo digo: que no estaba. Pero esto no es nuevo, Jose, no es la primera vez que me pasa. Me levanto, doy vueltas por el dormitorio y confirmo que en las paredes no hay ni siquiera un hueco, ni rastro de las hendiduras del marco ni resto alguno de los cristales. Como otras veces, he recorrido la casa y he comprobado que, efectivamente, todas habían desparecido. Sé que es extraño. La primera vez que me sucedió me asusté mucho... Es algo que sólo me pasa a mí, porque las ventanas de los vecinos siguen en su sitio. Normalmente, por la tarde, cuando vuelvo del trabajo, las ventanas vuelven a estar donde el constructor las puso, pero hoy no han regresado. No sé dónde se han ido. Me he dado una vuelta por el barrio a ver si las encontraba, pero nada. Por eso, antes de iniciar obras para poner ventanas nuevas, te escribo esta carta para que me ayudes. Ávisame si aparecen por la oficina. Gracias. V. V.
Escrito por jose el 19 de noviembre de 2003, 13:14:57 CET
Objetos perdidos «La única utilidad (einzige Nützlichkeit) que un objeto en general puede tener para el capital, es conservar o aumentar éste.» Karl Marx, Grundrisse I, 210 (181)
Escrito por jose el 19 de noviembre de 2003, 1:18:20 CET
martes, 18. noviembre 2003
Insomnio ¿Por qué insistes en llenarte de nada, en alimentarte de polvo? ¿Desde qué hambre escribes? ¿Qué Dios de mierda te animó a bajar al infierno? ¿Y quién es ese animal salvaje que te agarra el corazón por dentro? A los niños y a las niñas les enseñas mejor que nadie a escupir a los pies de la virgen, a creer firmemente en las nubes, a besarse en oscuros rincones cuando sus madres no miran, pero ¿qué es lo que te pasa ahora cuando prometes mares de sangre a los reinos y repúblicas de Europa? Te has codeado con los magnates y los presidentes de todo el mundo, te han invitado a las fiestas de todos los palacios de América, África y Asia, y ahora planificas su naufragio en los más hondo de tu sudor. ¿Qué amenaza presientes cada noche tras esa ventana que contra el muro perforas con tu propio silencio? Fuiste hijo, padre y abuelo antes de cumplir los quince, lamiste hasta el desmayo los poros de miles de desconocidas y, ahora, recién cumplidos los veinte, quieres abrir de par en par el cielo y la tierra para que el universo se atragante con tus gritos y se ahogue en tu saliva. ¡Si supieras lo poco que te aman tus congéneres! ¡Si conocieras la indiferencia y la verdad con la que nace y crece una maldita rosa! Muerto antes de nacer, tu destino es la masacre de todos los odios y, sin embargo, por amor vives dentro del cadáver más grande y más desconocido de todo el planeta. Aunque tu, todo eso, no lo sabes todavía. Y nunca lo sabrás. La eternidad confirma que las piedras te ignoran.
Escrito por jose el 18 de noviembre de 2003, 10:28:19 CET
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