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Volveré Sobre mi absentismo. Los últimos meses no he venido mucho a la Oficina, pero tengo la fortuna de que ningún jefe va a echarme por ello. La verdad: no es nada fácil vivir con la lengua partida. En el último mes, un suceso lamentable me ha enganchado y me ha costado bastante dejarlo, algo que he logrado a tiempo para irme de vacaciones. Volveré, creo. Feliz verano.
Escrito por jose el 4 de agosto de 2006, 10:00:34 CEST
Visión poética Hace mucho tiempo me dijo un tipo que yo tenía cierta capacidad para captar y transpirar la atmósfera de los acontecimientos, el panorama, lo indefinido, y que quizá tenía por eso una visión poética y bastante abstracta de las circunstacias. Pues bien... O aquello no era visión o es que me quedé ciego. ¡Porosidad! ¡Porosidad!
Escrito por jose el 31 de mayo de 2006, 11:09:53 CEST
Objeto Lo peor es perder las ganas. Que se muera la primavera.
Escrito por jose el 25 de abril de 2006, 12:07:24 CEST
Noes A veces quiero decir "no", pero casi siempre digo "sí". Tengo una colección enorme de noes. De muchos (casi todos), ni me acuerdo. Pero podría hacer una exposición antológica de noes, de todos lo tamaños y de todos los sabores, pero no me acuerdo dónde los guardé. A veces aparecen a traición, arañan los muros de la consciencia, pero los redimo con vino o un par de versos. Llámalo alienación, o autoengaño. Digo "sí" a favor de una alegría determinada, una alegría comunitaria, alegría que debería ser también mía. Los noes andan muy revueltos últimamente. Hasta que sepa cúanta es la alegría y cuánto el miedo, los he puesto en cuarentena.
Escrito por jose el 17 de abril de 2006, 17:32:07 CEST
Síndrome Te quedas sin palabras y, lo que es peor, sin saber qué contestar. Es como si no te llegara la sangre a la cabeza. Intentas sin fortuna pronunciar algún monosílabo para que el silencio resulte algo razonable. Pocas veces son razonables los silencios; quizá sean lógicos y comprensibles —y según para quién o para qué—, pero no razonables. Para razonar hay que hablar un poco, y aquí te hemos pillado, sin palabras. Sé que te miras desde fuera, que te observas desde otro yo cuando te bloqueas, y te sientes muy ridículo porque ves cómo te tocas el miedo, viscoso como un vómito, y también sé que no puedes evitar ni el bloqueo ni el ridículo ni el miedo, algo que te bloquea más todavía. Es un espejo cruel. Un bucle. En situaciones así, parece que llega un momento en que no existe otra salida que permanecer mudo, secreto, tocándote el miedo, esperando que se te insinúe la primera prueba de la autodestrucción. Pero existe otra: gritarlo todo, apostarlo todo contra el miedo, contra la puta culpa y contra esa falsa creencia en el perdón. Porque el perdón nunca es un hecho real, la culpa te aniquila y el miedo te atrofia. Vas a herir aunque no quieras. Deja de secuestrarte. Amnistíate ya.
Escrito por jose el 23 de marzo de 2006, 9:39:37 CET
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