Yeyuno. Sección del intestino delgado que principia en el duodeno y acaba en el íleon.

Runrún. Zumbido, ruido o sonido continuado y bronco.

Ejemplo: «Como sigas con ese runrún, te voy a cortar el yeyuno»

El autografiado inodoro blanco de Marcel Duchamp superó en una encuesta a "Las señoritas de Avignon" y "El Guernica" de Picasso. Así se entiende mejor la diarrea de las "500 destacadas figuras mundiales del arte" que confeccionaron el ranquin.

Por 50 cincuenta céntimos la respuesta, utilice la palabra «formar» para expresar las funciones de los medios de comunicación:

tic tac tic tac

Nos informan.

Nos transforman.

Nos deforman.

Nos reforman.

Nos forman.

Nos conforman.

(...)

tic tac tic tac

Otro día lo intentaremos con la palabra «hipopótamo».

Los servicios informativos de Telahinco han entrevistado a la mujer en funciones del presidente en funciones, Jose María Aznar, donde tratará de dejar claro de una vez por todas, y con todo tipo de detalles, la diferencia existente entre ella misma, Ana Botella, y una Botella Anal, cuya malvada comparación es, al fin y al cabo, la que se deriva del principal motivo de la entrevista: introducirse vía anal hasta el cerebro de los españoles antes de abandonar la Moncloa.

Sobre el atentado

En el avance del capítulo cero de su libro, Ana Botella, redacta:

Puede que lo escribiera la Botella, vale, pero la de JB. Dejando a un lado que esta mujer no conoce la coma ni el punto y coma, especifiquemos lo del atentado, para que no se preste a confusión entre los lectores internacionales: con la oración "el atentado de mi marido fue a esa misma hora", la presidenta en funciones se refiere al atentado que le hicieron a su marido, no a un atentado que su marido hubiera podido realizar.

Se conocían de vista, de lejos, de a veces, de quién es ésa mujer, oye, y qué guapa, ¿no? Y él quiso conocerla un poco más, como a otras. Muchas otras. Y por fin se citaron. Del café al carajillo, de la fanta al wisky, de tu casa a la mía y de la práctica de la navegación a la técnica del buceo. Fueron a pasear por el jardín de palacio. Su silueta de pareja enamorada bajo la luz otoñal era de postal. Una postal cara. Le propuso él adentrarse un poco en el bosque, es decir, que le propuso adentrarse, esos adentros donde había previsto ya el beso, su intensidad, la ausencia de lengua en el primer ataque, su movilidad en el segundo, la fuerza del viento, la luz, la presión atmosférica y, finalmente, su proposición de boda. Ella se sonrojó un poco, pero no tanto, cuando de repente él optó por enseñarle sus dos bastones, el de futuro rey y el de hombre. Alzando el primero, le susurró: éste lo heredarán nuestros hijos o quizá vos si es que yo me muero antes. Y tras morderle el lóbulo derecho, se agarró con contundencia el segundo para añadir a continuación: a éste no le doy más de quince años, así que empecemos a aprovecharlo hoy mismo bajo este árbol. Ya tienen fecha. Se casan. Pero lo que a ella le molesta, y no poco, es que no le dejen realizar la retransmisión televisiva de su propia y real boda. No creo yo que por eso se haga republicana, y es una pena.